sábado, 5 de septiembre de 2009

Una sonrisa.


El corazón me llegó al cuello,
aunque mi esperanza sea reacia a volver.

Y sólo te robare una sonrisa;
para guardarla bajo mi almohada.

Sólo para aferrarme a ella cuando tenga pena,
sólo para tener un minuto tuyo aunque no estés cerca.

¡¿Y tú?! ¿Tú?
Ya no robaras nada,
no golpearas mi espalda,
por que tengo tu sonrisa bajo mi almohada,
para llevarte como mi mayor alegría,
y ya no como mi más grande herida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario