lunes, 28 de septiembre de 2009

Soledad con acentos.

Es lo que pasa cuando uno se aferra a esperanzas que no llegarán a ni un lado.
Es lo que pasó contigo, que por tanta burocracia, sólo me tiré al vacío.
Tratando que fuera un parche curita para una herida, que más parece una puñalada,y al final por impulsiva sólo lancé agua ardiente a la herida, la cual ahora arde y no sana.
Es lo que pasa cuando los solitarios, tratamos de no estar tan solos, y en intentos desesperados, somos unos cojos corriendo en la maratón. Preguntándonos que tienen esos, que no tengamos nos.

Agarrando mañas y porquerías, como regalos en navidad, y buscando esperanzas, como los enfermos en las iglesias.

Es el problema de cuando la soledad pesa, cuando las noches se hacen cada vez más frías, las sonrisas más difíciles, y los zapatos más pesados; cuando hablamos en mil idiomas, y no podemos expresar sólo uno.
Son las ganas de estar perdidos antes de seguir vacíos, mirando por la ventana las fiestas ajenas: Es la soledad con acentos.

Esa que nos pone áspera la piel, y por dentro nos hace más frágiles y volubles a las sobras de cualquiera.
La misma que nos deja para variar, en una lista de espera, ariscos, con los ojos vendados, y el corazón bien escondido, por la costumbre a que llegue alguien y de un manotón lo tire al suelo.

Y mil pedazos, mil lágrimas, mil canciones, vuelven a sonar. Como un cuento cliché, que ya nos sabemos de memoria, como esos finales felices, que a pesar de que sabemos que no van ha llegar, estamos ahí, atentos, cada noche esperando que al menos si se puedan soñar.

lunes, 21 de septiembre de 2009

Olvido número 39

Quisiera entender tantas cosas…
Pero sobre muchas cosas tus “No” y tus mentiras;
Haber si así se alumbran los “Si” y las pocas verdades que salen de toda esta historia “Novelistica” que guardamos entre nos.

Por todos los heridos que hemos dejado en el camino, (Cada uno por su lado), deberían dejarnos encarcelados, y seguramente a ti te enviarían a la silla eléctrica.

Por muy buenas intenciones que tengas, y por mucho que quieras, ya no podrás resucitar mi tiempo muerto, ni devolver las lágrimas que dejé en tu guitarra.

Pero en este punto: ¿Qué puedes hacer? ¿Qué puedo pedir? ¿Qué ya vale la pena y qué no?

“Ya sabes, te amo, pero estoy guardando un lindo amigo en mi corazón” (F. Páez)

Y yo desde abajo, regalándote una mirada, haber si puedo hacerte creer que todo está mejor que ayer.

Quisiera entender tantas cosas…
Como por ejemplo:
Por qué no deja de llegar tu sonrisa a mi mente; como un feedback asesino de toda voluntad de olvido.

Lo seguiré intentando…No lo dudes.

lunes, 7 de septiembre de 2009

Masa votante.

Acostumbrados a ser tratados como niños malcriados,
una masa votante que es embobada con dulces cada par de años,
maldiciendo a quienes no participan de su linda democracia,
que refuerza a los pater familia romanos, que toman un fusil y se creen amos.

Que acallan a la masa paulatinamente,
dándole un espacio con alambre de púas.
Educando – Pero no demasiado-
Sanando –Pero sólo lo visible-
Reformando –Pero sólo para que no hablen tanto-
Defendiendo – Pero sólo mientras convenga-
Y olvidando –Sobre todo olvidando-

Conformándose con las guagas en las fotos de la vieja de pobla.
A la que siempre la llaman Juanita, Rosita o María.
Sí, María, como la virgen a la que adoran, y a la puta que escupen.

Alegrándose por la visita a su casa de 2x2, de los que después se irán en su 4x4.

sábado, 5 de septiembre de 2009

Una sonrisa.


El corazón me llegó al cuello,
aunque mi esperanza sea reacia a volver.

Y sólo te robare una sonrisa;
para guardarla bajo mi almohada.

Sólo para aferrarme a ella cuando tenga pena,
sólo para tener un minuto tuyo aunque no estés cerca.

¡¿Y tú?! ¿Tú?
Ya no robaras nada,
no golpearas mi espalda,
por que tengo tu sonrisa bajo mi almohada,
para llevarte como mi mayor alegría,
y ya no como mi más grande herida.

Nada más que hablar.

Labios partidos,
cerveza de mañana,
y mi arete azul perdido entre tus sábanas.

Tu pasión hecha un flash,
mi calor asaltado de un beso entre noche y madrugada,
con nuestros sentimientos y amor;
guardados con candado,
a salvo de nuestras guerras propias.

Entrando el éxtasis a la victoria,
y las cursilerías al anonimato.

Tranquilos.
Por que sabemos que no seremos primera persona plural,
y eso no nos deja mal.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Cancelada.

Que predecible ser humano;
te gusta la lluvia sólo si no moja,
te gusta el azúcar sólo si no endulza tanto.

Y me quedé tras la puerta,
pegada probablemente para siempre,
tras la puerta de tus segundos lugares, y tus olvidos.

El problema es que a mí,
sí me gusta la lluvia que moja,
el barro que ensucia,
y las lágrimas que duelen.
No me volverás ha hacer llorar,
por que yo ya dejé la esposa que me ataba a tu dolor.

Yo ya estoy mojándome bajo la lluvia. Y estoy mejor.