lunes, 30 de abril de 2012
Affair con una rata.
domingo, 22 de abril de 2012
1/2
Soy una mujer a medias. A la mitad de la vida, a la mitad de estatura, a la mitad de un vaso de agua, y que no logra escribir a medias tintas; y fumo medio cigarro para quedar pareja, aunque prometí hace medio año que lo había dejado.
Es mucho más simple llegar que estar siempre apunto de venir...
como si en esta historia tú fueras un gran valiente.
Contenerme en tus brazos
Que dejes que intervenga este impulso
esta piedra de río
esta letra que sobra en tus discursos oficiales
No pido ni castillos, ni cumpleaños, ni viajes
ni meses, ni perro, ni casa, ni vestido, ni primeras personas plurales salir de tu boca.
Sólo quiero tu piel con la mía
También quiero dejarte
a ti y a las contradicciones
y no pedir nada más de esto
No estoy maquillando un “ultimo”
Esto es mucho más simple de lo que está pasando...
domingo, 15 de abril de 2012
Carta a un casi abuelo que huyó.
Soy un rompecabezas sin algunas piezas: No conocí a ninguno de mis abuelos, ni a más de la mitad de mis pocos tíos.
No tengo abuelos, aunque mis padres sí tengan padres. Mi madre tuvo un padre y una madre; mi padre tuvo un padre que huyo en cuanto el nació dejando a su madre perdida en las cuatro paredes de su casa. De él no sé absolutamente nada, de él no se habla en esta casa, sólo vi por casualidad de la vida en una foto, y el parecido que teníamos en los ojos me hizo creer que incluso le podría haber tenido afecto. Siempre quise encontrar al padre de mi padre.
Hoy con la impotencia del diagnóstico inevitable de mi hermana mayor, yo quiero encontrar al padre de mi padre, a ese muerto -quizás en dónde, quizás de qué-, y gritarle que lo único que nos dejó fue un apellido poco agraciado, las heridas del niño que fue mi padre, y la enfermedad de mi hermana. Necesito contarle que la única persona de su descendencia accidentada que no lo repelía a pesar de sus cobardías, ahora lo odia. Por eso le escribo; por que si los fantasmas existen yo ahora estoy penando a uno. Antes quería encontrarte para saber el pasado de mi pasado, entender razones, y matar la curiosidad de un hombre que no existió en mi vida más que como una sombra tabú en la mesa de los domingos; ahora sólo quiero encontrar tu tumba para gritarte a la calaca tu maldita ausencia ruidosa, quiero condenarte por los males de quienes amo. Quiero volver a matarte por herir mi presente, por no existir en mi vida más que para anunciar la muerte. Quiero devolverte estos ojos tristes e incompletos que me heredaste, cerrar el trato, y que le devuelvas la salud a mi hermana; lo demás puedes llevártelo contigo y a ti con ello.