lunes, 11 de mayo de 2009

Profesor Grabadora.


Miren como dicta ese perico, y como escriben cabeza gacha esos futuros albañiles grises.
El dice que enseña, mientras se le seca la boca dictando el último párrafo de hoja.
El dice que ama la educación; pero que flojera intentar hacerlo mejor.

Si una persona aprende a ser una grabadora, después podrá decir lo que sea que graben en el, con lo peligroso que puede ser eso.
Algo muy manejable, ideal para no inducir al incómodo cambio, ideal para que los jefecitos sigan manejando tranquilos.

Mantener a la masa en ignorancia, no es solo dejarla sin información, sino también enseñarle a ignorarla y que repita solo lo justo y necesario.

Que peligro, que peligro…

Es que no quiero pensar lo justo y necesario; y es que necesito saber por qué.

Aprieta “Play” y no te diré nada. Lo siento, fui una mala alumna, no sé grabar, y menos, decir lo justo y necesario.

domingo, 3 de mayo de 2009

Afírmate, que te olvidé por un rato ayer.

Si sentiste un temblor anoche, no fue la tierra. Fui yo.
Si sentiste que algo se te iba cuando besabas a la de turno, tenías razón; era mi amor.

Y francamente yo no lo pensaba, ya estaba sobrepasada.
Yo ya era un souvenir. No, en realidad nunca lo he sido.

Cuando sentiste ese desgarro, seguramente fue por que estaba bailando.
Cuando sentiste ese dolor, seguramente fue por que estaba charlando.

Que lindo es saber que si puedo vivir sin ti.
Que lindo acordarse, que no solo soy feliz a tu lado. No fue fácil amor, no lo fue.

Afírmate, que te olvidé por un rato ayer.
Y algo me dice, que es solo el comienzo.

Cuidado, por que sé que para ti, de alguna forma no será fácil.
Que nos dejen de amar de alguna extraña manera nos desdicha, y eso es lo que tú lograste:
Que me levantara al fín frente al mundo decidida a escapar; decidida a que me perdieras.
Aunque nunca hubieras sido capas de verme.
¡Y más aún, por que nunca fuiste capas de verme!

Afírmate amor, que te olvidé por un rato ayer.