jueves, 23 de abril de 2009

A mi misma

Sorprenderse a si misma es una de las cosas más lindas que existen, cuando uno logra tomar conciencia de ello – Le dije a mi querida amiga-

Por ello, Cristina Linnet: te aviso que es hora de sorprendernos. Es hora de realmente aceptar las cosas, y no a través de la resignación, sino por el verdadero sentido de la comprensión.

Esta noche será la última que llore por ti. Mañana despertaré, ya con más color; Decidida a florecer. Y sorprenderé a mi reflejo, lo prometo, cueste lo que cueste, ya no apareceré solo en fotos blanco y negro, ahora esta sonrisa no te la saca nadie Cristina.
Sorprenderse a si misma... tal como lo hizo mi amiga querida.





domingo, 19 de abril de 2009

Cuando cantas en mi ventana

Esa tarde soñó que era un pajarito.
Que volaba por el alto cielo,
de esos que se ven después de la lluvia; celeste puro,
entre nubes blancas,
alejado de este suelo,
camino al sol errante.
Sintiendo la alegría como la sangre que corre,
conociendo la paz y la libertad como no se nos permite a los que caminamos en asfalto.

Voló por todo el mundo,
sentía el viento en su cara,
bebió agua del roció,
siguió por la ruta del pasto verde y las flores con aroma a amor.
Vio a más aves como el volar al mar,
y por primera vez se sintió acogido, con los suyos: En familia.

Pero había que despertar.
Y el seguía siendo aún un pajarito con sed de libertad.
Y se vio encerrado entre las cuatro paredes beige que formaban su pieza,
y se sintió ahogado,
y se dio cuenta que tenia los pies en la tierra.
El era esa ave que despertó en una jaula.
Ante eso, no halló más solución que el arma que escondía bajo el colchón.
Y no halló más solución para poder volar.

No se despidió de nadie, al menos expresamente,
y no se despidió de nadie.
Y no halló más solución que esa bala para poder volver al cielo.
El solo quería volar, el solo quería libertad…

Caminó decidido hacia un sitio eriazo,
más seguro que nunca;
con la ansiedad de los adictos, con la necesidad de los amantes.
Y no halló más solución que esa bala para poder volar.

Así como el coraje del cual hay que armarse para amar,
es el que ha de usarse para abrazar la muerte,
para besar un sueño, para tocar la libertad…

A la mañana siguiente su cuerpo estaba frío, pero en el había un ligera sonrisa.
En el suelo dejó un vacío, pero ese día se sumó un ave al cielo.

Cuando cantas por las tardes, pienso que tal vez me gustaría tener la mitad de tu coraje, ese coraje medio incomprendido, pero que logro entender cada vez más al verte volar.

domingo, 12 de abril de 2009

Vete por mi.


Algunas veces al día llegas a mi mente; En realidad todo el día.

Y mientras trato de hundir mi cabeza en agua de mar, los peces parecen caminar en el cielo.
Y mientras doy martillazos al reloj, a ver si el tiempo se apura. Tú sigues aquí.
Y mientras miro al fuego directamente, haber si su llama quema tu recuerdo.
Yo lo intento amor. Juro que lo intento.


Mientras camino en la calle tratando esconderme entre la gente, esperando que una mano extraña me hable y te espante de aquí por un rato.
Y escribo, escribo y escribo para ti, deseando cortar mis manos. Deseando enmudecer mis letras, que no saben callar ni hablar. Mientras me subo a un árbol y hago que mis lágrimas se hagan lluvia.
Mientras me recuesto en la luna, y me pongo a contar las estrellas que miran hacia el suelo.
Mientras se hace de noche, y tú aún no te vas.


Vete. Por favor. Vete. Necesito poder dormir, poder pensar, poder vivir en honestidad y sin ti. Necesito que se salga este gris, y poder ser feliz.


No te vallas nunca de mi lado, pero si de aquí. De mi.

viernes, 3 de abril de 2009

El problema.

Y el problema es que no se ha dado cuenta.
Sé que no se ha dado cuenta: Del parecido que ella tiene con sus propias cenizas.

Estoy segura que no se ha dado cuenta: Del torbellino de amor al que no se enfrenta, de esa voz que se apaga en ausencias y silencios, en ires y venires, en ese devenir perpetuo que puede significar vivir y no vivir a la vez.

Firmo de puño y letra ensangrentada que el no se ha dado cuenta; que no ha mirado a su lado, que no ha sido capaz de pensar más acá, que no han convenido ni el entendimiento ni el amor en la dicha ni en la historia del ser humano.
Que cada vez más esas cenizas se escapan de sus manos, se mimetizan con el viento, y vuelan sin más destino que un minuto eterno bañado en nostalgia.

Seguro no se ha dado cuenta, que ella de irse, no volverá jamás.