domingo, 28 de marzo de 2010

Carta a Julio Ortiz. 8-03-2003

Amigo vuelve a casa te lo ruego,
que nadie acaricia mi pelo,
que ya no puedo pisar las tablas,
que desperté y comprendí a fuego que todo lo bueno acaba,
que ya no sé cruzar la calle, y no puedo oír las balas.

Amigo vuelve a casa,
y dime que esto fue una mala broma;
que estos años sólo fueron un sueño de media hora.
Que aún tenemos el frenesí a punto de estallar,
que nadie nos podrá callar,
que asaltaremos las calles y bares, -como esa noche terrible-, pero juntos
y terminaremos en una vereda llenos de risa, y aires de desafió,
gritándole a una gaviota,frente a ese mar que nos llenó de frío.

Que secaras esas lágrimas
por que te contaré que tuve un terrible sueño
donde tu te fuiste de mi lado y no pude llorar hasta hoy.
Donde no podía seguir escribiendo… como ahora.










No me interesa si esta bien escrito, no lo puedo re-escribir, ni tampoco re-leer, no me interesa haber reiterado ilativos como una pobre sonsa que trata de juntar letras y hacer algo decente; esto es por que no hay peor muerte que el olvido. Y espero que aquí no mueras nunca, al menos aquí nadie borrará tu lápida, nadie dejará a mis personas y recuerdos en una foza común. Amigo: hoy haría lo que fuera por que volvieras a casa. Y aunque siempre respetaré la decisión de salir de este mundo por tus propias manos, si me sigues penando como ayer, no me quedará otra que resucitarte con lo único que tengo: Una cabeza tripartita hiperactiva (llena de sentimientos, pensamientos, y recuerdos), y un par de letras, aprendidas a duras penas por una mocosa a los 6 años.