domingo, 22 de abril de 2012

Es mucho más simple llegar que estar siempre apunto de venir...


Quiero esconderme en tu pecho
como si en esta historia tú fueras un gran valiente.
Contenerme en tus brazos
 para excederme con ellos cuando me saquen la ropa.

 Que ya no me castigues más con el látigo de tu cobardía;
 piel de canela y sabor a caramelo.

 Hombre sin tiempo y demasiados relojes: 
 No quiero horas, sino que todo esto
 no necesito una promesa eterna,

 ni fiestas, ni aniversarios, ni 14-02;

 sólo  pido ser suficiente para que tus miedos se hagan pequeños

 para que te atrevas a mentir
por que siquiera te estoy pidiendo que rompas tu nido
 ¿entiendes?
sólo que no hagas eso conmigo. 

 Que dejes que intervenga este impulso
 esta piedra de río
 esta letra que sobra en tus discursos oficiales
 esta mujer simple
 que simplemente quiere morder un poco tu vida.
 Nada más que eso.

 No pido ni castillos, ni cumpleaños, ni viajes
 ni meses, ni perro, ni casa, ni vestido, ni primeras personas plurales salir de tu boca.
 Sólo quiero tu piel con la mía
 en un ying yang perfecto
 tus ojos negros clavados en los míos
 tus manos caminando libre por mi cuerpo
 mi boca navegando libre por el tuyo.

 También quiero dejarte
 a ti y a las contradicciones
 y no pedir nada más de esto
 pero como no he podido
 sólo disparo sin arrepentimientos:
 Brutal, como el mar

sin miedo, como el condenado a capital.  



 No estoy maquillando un “ultimo”
 un “gran”, ni un “por favor”
 sólo digo que tengo sed en la mitad de un lago.
 Sólo sé que te estás provocando un hueco en el estómago que no se atiborra con comida.
Sólo creo que todo tiene solución.


Esto es mucho más simple de lo que está pasando...

 –Pensé, una mañana en que desperté ardiendo y no quedó más que tocarme-




No hay comentarios:

Publicar un comentario