Una pajarita volaba bien alto, -bueno, ni tan alto- había logrado escapar de un lobo feroz. Pero la pajarita por alguna razón era testaruda, y una noche, cuando escuchó al lobo aullar a la luna a lo lejos, sintió curiosidad de ver si estaba con el rabo entre las piernas como le había contado el viento; si sus garras ya no la podían encerrar de nuevo.
Así fue, como la pajarita, regresó por cuenta propia a la cueva del lobo, bajo su propio riesgo, intentando salir ilesa, sola.
Aún vuela camino a la cueva, ya está cerca, el lobo duerme, y la pajarita le cuida el sueño a veces...
Así fue, como la pajarita, regresó por cuenta propia a la cueva del lobo, bajo su propio riesgo, intentando salir ilesa, sola.
Aún vuela camino a la cueva, ya está cerca, el lobo duerme, y la pajarita le cuida el sueño a veces...
Aún no sabemos que será de ella.
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