Paz ¿La conoces?
No te la puedo presentar.
Tranquilidad. De no haber traicionado a nadie.
Conformidad. De no haber dañado más de lo inevitable.
Perdón si no te puedo presentar a esta paz que siento.
A esa alegría que hoy toma de la mano a mi soledad.
Esa alegría que sienten mis solitudes de estar solas,sin un alma con puñal durmiendo en la misma cama.
Sin querer morir en ningún intento.
Envenenada de no querer más de ti ni de nadie.
De querer seguir sola por siempre, sin que nadie saque de su lado la paz que tanto verso, sudor y lágrimas costó encontrar.
Solo miramos distantes, como se comen unos a otros los antiguos mafiosos.
Los que una vez fueron adolescentes felices, soñadores y organizados.
Como el tiempo pasa.
Unos lo llaman el propio peso del tiempo.
La caída.
Yo ya lamí el suelo, la ceniza de esos cigarros amargos.
Hoy ustedes abren la boca.
Suerte que yo ya no fumo...
No te la puedo presentar.
Tranquilidad. De no haber traicionado a nadie.
Conformidad. De no haber dañado más de lo inevitable.
Perdón si no te puedo presentar a esta paz que siento.
A esa alegría que hoy toma de la mano a mi soledad.
Esa alegría que sienten mis solitudes de estar solas,sin un alma con puñal durmiendo en la misma cama.
Sin querer morir en ningún intento.
Envenenada de no querer más de ti ni de nadie.
De querer seguir sola por siempre, sin que nadie saque de su lado la paz que tanto verso, sudor y lágrimas costó encontrar.
Solo miramos distantes, como se comen unos a otros los antiguos mafiosos.
Los que una vez fueron adolescentes felices, soñadores y organizados.
Como el tiempo pasa.
Unos lo llaman el propio peso del tiempo.
La caída.
Yo ya lamí el suelo, la ceniza de esos cigarros amargos.
Hoy ustedes abren la boca.
Suerte que yo ya no fumo...

Ay Cristina, a donde llegaremos de tanta nostalgia y soledad! Mientras el mundo sigue con su lento caminar minuto a minuto, y vigila el amor de los enamorados, no se ha dado cuenta que hay más soledad que amor, de hecho, mucho de aquel "amor" puede ser un escape a este temor que todos tenemos: soledad. Queremos que alguien, aunque sea por interés, pueda enterrar nuestros huesos en algún lugar, o por último, dejarlo en la basura. Pero mientras todos buscan eso, nosotros somos sinceros. No deseamos aquel amor mediocre, no necesitamos el beso tibio y rutinario de los jóvenes en el mall, o aquellas manos juntas en el parque si no tienen consigo algo más que un escape a lo solitario. Mejor solos que mal acompañados y parece que la vida se ha encargado de darnos malas compañías, o quizás ella nos vea tan bien en soledad, que prefiere guardanos de lo mundano.
ResponderEliminarNo sé. Esta vida es un misterio, como el amor, la paz y la soledad.