Paz ¿La conoces?
No te la puedo presentar.
Tranquilidad. De no haber traicionado a nadie.
Conformidad. De no haber dañado más de lo inevitable.
Perdón si no te puedo presentar a esta paz que siento.
A esa alegría que hoy toma de la mano a mi soledad.
Esa alegría que sienten mis solitudes de estar solas,sin un alma con puñal durmiendo en la misma cama.
Sin querer morir en ningún intento.
Envenenada de no querer más de ti ni de nadie.
De querer seguir sola por siempre, sin que nadie saque de su lado la paz que tanto verso, sudor y lágrimas costó encontrar.
Solo miramos distantes, como se comen unos a otros los antiguos mafiosos.
Los que una vez fueron adolescentes felices, soñadores y organizados.
Como el tiempo pasa.
Unos lo llaman el propio peso del tiempo.
La caída.
Yo ya lamí el suelo, la ceniza de esos cigarros amargos.
Hoy ustedes abren la boca.
Suerte que yo ya no fumo...
No te la puedo presentar.
Tranquilidad. De no haber traicionado a nadie.
Conformidad. De no haber dañado más de lo inevitable.
Perdón si no te puedo presentar a esta paz que siento.
A esa alegría que hoy toma de la mano a mi soledad.
Esa alegría que sienten mis solitudes de estar solas,sin un alma con puñal durmiendo en la misma cama.
Sin querer morir en ningún intento.
Envenenada de no querer más de ti ni de nadie.
De querer seguir sola por siempre, sin que nadie saque de su lado la paz que tanto verso, sudor y lágrimas costó encontrar.
Solo miramos distantes, como se comen unos a otros los antiguos mafiosos.
Los que una vez fueron adolescentes felices, soñadores y organizados.
Como el tiempo pasa.
Unos lo llaman el propio peso del tiempo.
La caída.
Yo ya lamí el suelo, la ceniza de esos cigarros amargos.
Hoy ustedes abren la boca.
Suerte que yo ya no fumo...
