Me he maquillado todos los días, y he sonreído al poco sol que ya sale en otoño.
De repente te veo, indiferente al azar, y lo arruinas todo.
Volvió ese vacío…
Y es que tú diste un golpe bajo el cinturón amigo mío. Ganaste por Nok Out, las luces no me dejaban ver, y las risas se escuchan tan fuertes. Muy fuertes.
Hago todo para olvidarte…
Ese bar que está en tu corazón, suele estar lleno, y ya sabes que no soy buena en las multitudes. Tú pediste una ronda; ¡la casa paga!, pero yo me quede fuera. Yo me quedé fuera.

Ser conciente enferma…
El pequeño boceto de esa hoja en blanco, intenta borrarse, desde que supo que nunca lo terminarían. Al parecer mis curvas son muy simples; y el borrador esta tan lejos.
Y hablas de las cartas y del destino, como si fueras un gran apostador, como si supieras vivir.
Hablas de mí, como si fuera un ángel que cae siempre a tu encuentro.
¡ Como si fuera tan fácil!
Como si entendieras algo.
No. Nunca entendiste ni un poco.
Y siempre dije que no seria fácil, que dolería, y que las semanas serían meses.
Así es; no miento...
Y es que no soy un ángel, nunca lo fui, ni pienso serlo.
Y es que el amor si se puede acabar, al menos eso intento.
El dolor puede hostigarte con su dulzura.
Y no soy de piedra...
Siento: Rabia, amor, pena, resignación, nostalgia, intriga, ahogo… y todo esto me cansa.
Y es que una tiene derecho a no ser un ángel, no perdonarlo todo, y no seguir ahí siempre.
Uno tiene derecho a huir como un ladrón, aunque solo le hayan robado.
Y es que somos seres humanos, y caemos mil veces, y es que no puedo olvidarte, pero así y todo lo intento.
Apaga esas estrellas, guarda las ilusiones en tu maleta, llévate todo lo que me haga pensar en ti y sonreír. Lárgate lejos, déjame un último beso, y lárgate. ¡Lárgate! En algún momento ganaré el raund, beberé en una ronda de martini , mis líneas se completaran, y tú no estarás ahí para verlo. O quizás te lo cuente yo, y te toque perder a ti.